A
veces necesitaríamos una lluvia fresca sobre el rostro. Gotas de agua
cristalinas resbalando por las mejillas, refrescando la piel del alma.
A
veces necesitaríamos que un tsunami nos recorriera por completo y se llevara
las angustias, las malas sensaciones, las mentiras, los fracasos y tantas y
tantas veleidades que complican y ensucian la vida.
A
veces sería deseable caminar descalzos sobre la hierba y conectar con la
energía de la Tierra en un bosque mágico lleno de árboles amables que moviesen
sus hojas para refrescar nuestra inquietud.
A
veces nos beberíamos las estrellas de un trago si con ello nos llenásemos de luz y cual luciérnaga,
fuésemos vagando por caminos llenos de oscuridad para iluminar su trazado.
A
veces quisiéramos tocar el corazón del otro con nuestra varita mágica y hacer
de él un apéndice del nuestro. Un trocito de nosotros convertido en alas para
volar lejos de la necedad y la estupidez consentida.
A
veces necesitaríamos volver a ser niños, medir poquito pero soñar mucho,
entenderlo todo sin comprender nada y gritar con el silencio de una lágrima,
cualquier forma de injusticia gratuita.
A
veces me gustaría cerrar los ojos e inventar mundos con otras formas, con
colores nunca vistos y afectos nunca sentidos. Universos de paciencia,
tolerancia y empatía. Espacio repletos de besos, abrazos y amor inmenso con
destino a ninguna parte y a todos los lados. Un lugar sin centro, donde lo
especial sea lo sencillo y lo grandioso lo pequeño.
A
veces, me gustaría ser tú para poder besar tus labios sin rozarte y acariciar
tu piel sin tocarte. Siempre en contacto contigo desde el fondo de ti mismo.
Cumplir
tus anhelos sin romper el silencio de tu centro para amanecer, cada mañana, sobre
tus párpados robados por mi sueño.
Ahora y no a veces, sino ahora me doy cuenta de todo lo que compartes y ...gracias.
ResponderEliminarTu eres la lluvia de verano que necesito! Gracias Xara*
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