Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 29 de diciembre de 2024

UN NUEVO TIEMPO

 Siempre que nos acercamos a sucesos, acontecimientos o propósitos nuevos sentimos una especie de emociones encontradas y contrapuestas. ¿Será como pienso?¿Podré ser feliz cuando lo consiga?¿Por fin alcanzaré lo que tanto ansío?¿ Por cuánto tiempo podré mantenerlo?... así podríamos seguir enumerando un sin fin de preguntas que nos hacemos, sin palabras, dentro de nosotros ante retos nuevos, tiempos esperados o encuentros deseados.




 

La vida tiene un guion propio. Un devenir casual que nos arrastra muchas veces. Nuestra pericia está en saber sortear las dificultades, en reunir la voluntad y el valor para acometer los problemas y en saber mantener la ilusión y la confianza a pesar de todos ellos.

 

En ocasiones, también nos sorprende gratamente. Te regala, de forma inesperada, ángeles en forma de amig@s, fantasías en modo libros, ilusiones con nombre de viajes, historias dentro de películas, sabores dulces en palabras bellas y sobre todo, instantes mágicos que se vuelven eternos en nuestra mente a los que poder recurrir en momentos de tristeza, añoranza o vacío.

 

De cualquier forma, vivir siempre es una experiencia maravillosa a pesar de las tormentas, incluso con las ausencias o con las pérdidas y más allá de los desamores y los momentos de oscuridad.

 

Nadie estamos a salvo de ellos, nadie podemos evitar sufrir, pero todos tenemos también oportunidades únicas de goce y disfrute inmenso. 

 

Sabiendo todo esto, no dejemos pasar las oportunidades y disfrutemos el instante presente como el mejor regalo que nadie puede arrebatarnos. Eso sí depende únicamente de nosotros, eso sí que podemos manejarlo a nuestro favor. 

 

 

miércoles, 25 de diciembre de 2024

UN DÍA ESPECIAL

 Hay muchos días que marcan en el calendario fechas especiales, buenas y malas. Posiblemente, las que consideramos negativas son aquellas en las que hemos sufrido pérdidas, nos han dejado, nos hemos equivocado o nos ha invadido la enfermedad o la tristeza. Pero eso, es también parte de la vida…o en su esencia más pura, la vida misma.




 

Lo cierto, es que no estamos preparado para ello. Solamente suponemos que el discurrir de los días tienen que ser idénticos, las fechas importantes repetirse del mismo modo y todos estar en su “sitio”. Obviamos que la vida no funciona así, que es cambio y movimiento; impermanencia y transformación. Mientras no entendamos que cada día hemos ya perdido ese tiempo, que las cosas y las situaciones se modifican y que de cualquier modo, nosotros mismos somos, hasta físicamente, otros en nuestro mismo sistema celular, no habremos entendido nada.

 

Celebramos, una y otra vez, las mismas fechas pero ya de otro modo. Hay ausencias o nuevas presencias pero, de cualquier modo,  todos somos diferentes.

 

Es importante venerar los ritos, porque ellos nos enraízan y nos dan seguridad. Nos anclan a un pasado en el que tenemos raíces; nos instalan, por algunos momentos, días o instantes, en un pasado que necesitamos para seguir con el futuro que manejamos en este presente continuo que es la existencia.

 

Por todo ello, hoy volvemos a sentarnos junto a los nuestros, nos sentimos unidos a los recuerdos y animados ante las gratificaciones instantáneas que conseguimos con ello, olvidando que dentro de unos días la vida vuelve a ser normal y que la fantasía, los brillos y las luces se apagarán para continuar con ella.

 

Aprovechemos estos instantes mágicos que como todo, terminarán. También lo hará aquello que te duele, que te angustia o que te mantiene fuera de ti en un estado de tristeza permanente. 

 

Por suerte, eso también pasará.

 

 

 

viernes, 20 de diciembre de 2024

QUID PRO QUO

 La vida normal se rompe estos días. Reuniones, despedidas, reencuentros, comidas, regalos…el exceso se instala en la mente de la mayoría y romper con la rutina es lo que aporta más entre noticias de desaparecidos, muertes domésticas, guerras inacabables o desgracias naturales.




 

Quizás esté bien que nos evadamos por un tiempo. Quizás sea conveniente que no pensemos demasiado en las crisis que vivimos a diario. Quizás todo esto se haga bueno si logramos no olvidarnos de aquellos otros para lo que este tiempo diferente en nada cambia sus desgracias. Quizás estuviese mejor si nuestra generosidad improvisada les amparara a los que menos tienen, en la proporción que nos fuese posible. Quizás fuese aún más interesante regalarnos tiempo de calidad para ser más compasivos, más flexibles y menos inquisidores.

 

No todo el brillo trae luz, no todos los regalos aportan felicidad. Todos los abrazos y los besos, que ahora se derrochan podrían repartirse más a lo largo del año. Repetirse sin razón, darse con espontaneidad, regalarlos para demostrar lo mismo, pero siempre.

 

Alzar la copa para brindar por la salud, el amor, la pareja o que nuestro mundo vaya bien debe hacerse extensible a algo más que nuestro entorno directo. No somos islas. No debemos serlo. Lo que en el mundo vaya mal…a nosotros nos afecta. Pidamos por todo ello. Salgamos del cascarón de “lo mío”y “lo tuyo”…y vayamos directos a expandir nuestros deseos más allá de los confines del ego de cada uno.

 

La Navidad son unos días… lo peor llega el resto del año.

 

Tengamos una actitud solidaria con el resto donde también estamos incluidos.

 

Hagamos algo. Lo que sea. Un poco. A penas nada. Un pasito adelante con nuestra generosidad. Mucha gente lo necesita y tal vez, aunque sea de otro modo, un día podamos necesitarlo nosotros.

 

“Quid pro quo “…aunque sea egoísta este pensamiento…al menos implica corresponder, en este caso, con la vida.

 

¡Feliz Navidad!

 

 

 

 

 

 

sábado, 14 de diciembre de 2024

AMOR VIVO

 Tus manos recorren los recuerdos de mi piel y en el silencio ronco de la trémula sensación de su roce, encuentras el hueco por el que colar tus labios hasta el borde de mi lengua, ansiosa de ti.

 

Miro a través de la ventana. Veo tus ojos de miel en el dulce brillo que los rayos de sol reflejan en ella. Cierro  los párpados y aprieto los dientes. 

 

Te quiero aquí y te quiero ahora, con tus delirios insufribles de realidad distorsionada, con tus locuras atadas al borde de mi cama, con aquellas palabras necias que sin ton ni son, me regalabas. Y saberte dentro, en el fondo de mi alma, jugando con efluvios que destellan y saltan al compás de tus feroces ganas.


    



 

Entonces se abre una puerta, cerrando yo la ventana y desde el otro lado del río llega el sonido de los ecos de las hadas, que hace mucho que se han ido buscando nuevas damas. ¿Será que llega despacito otro caballero que asalte mi torre alta?.

 

Un aroma de azares acama y mece los vagos rasgos de tu cara. Es la vida que brota de nuevo, la llama del amor eterno que nunca acaba, el dormir silencioso del dolor amargo que se transforma en dulces sabores de caramelos y manzanas.

 

¡Tú, a ti…que vas a llegar con la boca callada; tú que lo dirás todo, sin decir nada.!

viernes, 6 de diciembre de 2024

EL DULCE SILENCIO DE LOS " HUECOS"

 Cuando la vida discurre por los años que te avanzan, descubres, como un niño que abre sus ojos al mundo nuevo que lo acoge, que necesitas encontrarte cuando te pierdes. Entiendes, que cuando el camino se acaba y la pared negra de tus días oscuros te aplasta, necesitas espacios llenos de ti y de nada más.

 

         Hay que hacerse “huecos” entre el sucederse de la vida diaria. Lugares y puntos de encuentro con lo más genuino de nuestro ser. Apartados de todo y de todos, pero junto a ellos.

 

         No es necesario que vayas a un rincón especial a meditar, como imaginas. No es preciso que te alejes para quedarte sólo; ni siquiera es conveniente que pases de la actividad a la calma por ver si te sosiegas. Hay que aprender un método, una herramienta que te mantenga dentro, estando fuera.

 

¡Tantas veces no conectamos con la persona que tenemos enfrente, tantas la rechazamos, tantas vemos que no encajamos en las situaciones que tenemos que vivir…tantas necesitamos soñar para poder con la realidad!.

 

Acostúmbrate a crear espacios dentro de ti aunque estés entre la multitud, aunque te hablen de frente, aunque te involucren de cara. Aíslate por unos instantes. Míralos con tus ojos vacíos de palabras y llenos de ti. Aíslate en tus adentros y que nadie lo note.

 

         Tu solo tú, contigo. Si estás en un momento o situación amarga visualiza algo magnífico o simplemente piensa que ahí dentro está la calma, está la paz de estar a solas contigo mismo y nadie, pero nadie, puede violar ese espacio ni contaminarlo.

 




Vuelve tu mirada al cielo y sella tu boca con la dulzura de saber que las respuestas siempre son más simples, que la vida siempre es más sencilla, que el mundo, tu mundo, siempre será tu mejor refugio y ahí…hazte un “hueco” lleno de luz que te haga sentir la plenitud y la belleza que te acompañará siempre.

sábado, 30 de noviembre de 2024

LO QUE MATA LA TRISTEZA


 

Lo que mata la tristeza no es el tiempo, como dicen los sabios, ni el olvido que prometen los años. La tristeza se desvanece en pequeños instantes, en fragmentos de vida que se cuelan entre las sombras del dolor, como rayos de sol atravesando una ventana empañada.

 

La tristeza muere cuando una sonrisa inesperada rompe la monotonía del día, cuando el aroma del café recién hecho despierta los sentidos dormidos, cuando una melodía olvidada nos transporta a momentos que creíamos perdidos. Muere en los abrazos sinceros, en las palabras susurradas al oído, en las miradas cómplices que no necesitan explicación.




 

Se ahoga la tristeza en las pequeñas victorias cotidianas, en el logro de levantarse cada mañana y enfrentar el espejo, en la valentía de dar un paso más cuando el camino parece interminable. Se disuelve en las risas compartidas, en los encuentros casuales, en las conversaciones profundas que se extienden hasta el amanecer.

 

La tristeza encuentra su antídoto en el movimiento del cuerpo, en el sudor que limpia el alma durante una carrera matutina, en la respiración consciente que ancla nuestro ser al presente. Se desvanece en la práctica del arte, en los pinceles que danzan sobre el lienzo, en las palabras que fluyen sobre el papel en forma de poesía sanadora. Muere en los viajes inesperados, en las aventuras que nos sacan de la zona de confort, en los encuentros con desconocidos que se convierten en amigos del alma. La tristeza se disipa cuando nos atrevemos a cambiar rutinas, cuando adoptamos un nuevo hobby, cuando nos permitimos explorar terapias que nos ayudan a entender nuestras emociones. Se esfuma en la meditación diaria, en el yoga que conecta cuerpo y mente, en las afirmaciones positivas que reprograman nuestros pensamientos.

 

La tristeza se desvanece cuando aprendemos a abrazar nuestra vulnerabilidad, cuando aceptamos que el dolor es tan natural como la alegría, cuando comprendemos que cada lágrima derramada riega el jardín de nuestra fortaleza. Se esfuma cuando dejamos de luchar contra ella y la aceptamos como maestra de vida, como la sombra que hace brillar más intensamente la luz.

 

Muere la tristeza en los atardeceres contemplados en silencio, en el vuelo de los pájaros que cruzan el cielo, en el murmullo del viento entre las hojas de los árboles. Se disipa en la música que hace bailar el alma, en los libros que nos transportan a otros mundos, en los sueños que construimos día a día.

 

La tristeza se extingue cuando aprendemos a amarnos en nuestra imperfección, cuando perdonamos nuestros tropiezos, cuando celebramos nuestros pequeños triunfos. Se desvanece en la gratitud por lo simple, en la apreciación de lo cotidiano, en el reconocimiento de la belleza que nos rodea.

 

Se ahoga en el amor que damos sin esperar retorno, en la compasión que ofrecemos a otros, en la bondad que sembramos en el mundo. Muere en los proyectos que emprendemos, en las metas que alcanzamos, en los horizontes que nos atrevemos a explorar.

 

La tristeza se disuelve cuando aprendemos que no es nuestra enemiga, sino una compañera temporal que nos enseña a valorar la alegría. Se desvanece cuando entendemos que cada experiencia, incluso las dolorosas, nos moldea y nos hace más fuertes, más sabios, más humanos.

 

Y al final, lo que verdaderamente mata la tristeza es la aceptación de que la vida es un ciclo constante de luces y sombras, y que en cada sombra se esconde la promesa de un nuevo amanecer.

 

*La tristeza no muere, se transforma en la sabiduría de quien ha aprendido a vivir plenamente.*

domingo, 24 de noviembre de 2024

TODO OCURRE EN SU MOMENTO

 La vida no sucede como queremos. Ella tiene energía propia. “Todo ocurre en su momento”. Si esta frase estuviera instalada en nuestra mente, todo sería más fácil.

 

         En muchas ocasiones, nos encontramos con situaciones insólitas, desesperantes, molestas e incluso absurdas pero si esperamos, si logramos esa paciencia que nos ayuda tanto veremos que todo ocurre cuando tiene que ocurrir y no podemos hacer que una cosa ocurra antes que otra.




 

         Ahora es el momento que hay. “Lo que es, es y lo que hay, hay”, nos dice Enrique Simo en una de sus conferencias que me han inspirado hoy. Es una ley muy sencilla, pero muy práctica. No podemos vivir lo que no toca. Este es el momento exacto y no el futuro, ni en el pasado culpando a alguien, aunque tenga culpa.

 

         La mayor seguridad está en uno mismo. Hay que seguir hacia delante, sin apegarnos a lo que creemos seguro. Debemos “soltar” lo que nos duele, por nosotros mismos, porque lo que tiene que ocurrir, ocurrirá cuando tenga que ocurrir.

 

         Es bueno entrenarse para tener paciencia, resiliencia, flexibilidad y adaptabilidad a lo que tenemos. No hay que apegarse a los resultados porque a pesar de todos nuestros esfuerzos las cosas salen como la vida decide. La presión, las exigencias no tienen efecto, no funcionan. 

 

         El arte de saber actuar y desapegarte a la vez, es la clave del éxito en la conquista de los estados emocionales de uno mismo. 


         Todo cambia, no sabemos cuándo, no podemos prever cómo se van a desarrollar las situaciones por mucho que parezcan previsibles. Nada es eterno y perpetuo en este mundo físico. Pero todo está, de alguna forma, previsto e incardinado en un devenir en el que todo pasa y todo llega en su momento. Cíclicamente si algo está comenzando…terminará alguna vez, por el contrario si algo está terminando, volverá a comenzar.

 

         Hay que regar las plantas pero no ponerlas demasiada agua porque mucho riego también les hace morir. Apliquémoslo a todas las situaciones de la vida  y no nos quedaremos atascados en el conflicto.

 

         Nada permanece eternamente mal, ni continuamente bien. Suelta. Fluye. 


Deja que ocurra lo que tenga que ocurrir.

domingo, 17 de noviembre de 2024

UN SILENCIOSO INFIERNO: LA SOLEDAD NO DESEADA

 En el vasto lienzo de la existencia, la soledad no deseada pinta trazos de gris sobre corazones que laten al ritmo de la incomprensión. Como hojas arrastradas por un viento hostil, algunos jóvenes deambulan por las calles de ciudades que les niegan su abrazo, marcados por el estigma de ser diferentes, de hablar con otro acento, de amar de forma distinta, de tener otro color de piel.

 

Sus pasos resuenan en pasillos de escuelas donde las miradas esquivas construyen muros invisibles. Sus voces, melodías de tierras lejanas, se ahogan en el murmullo de prejuicios ancestrales. Sus sueños, mariposas multicolores, chocan contra ventanas cerradas por el miedo a lo desconocido. En cada esquina, en cada plaza, la xenofobia teje sus redes de exclusión, mientras la diferencia se convierte en un peso que dobla sus espaldas jóvenes.




 

Y en el otro extremo de la vida, los ancianos, tesoros vivientes de sabiduría, se marchitan en la penumbra de habitaciones vacías. Sus historias, ricas en experiencias, se desvanecen en el aire sin encontrar oídos que las escuchen. Sus manos, curtidas por el tiempo, añoran el calor de otras manos. Sus tardes se alargan como sombras infinitas mientras el mundo exterior gira vertiginoso, olvidándolos en su prisa.

 

La soledad no deseada es un espejo que refleja nuestra propia humanidad fracturada, un recordatorio de que hemos construido sociedades que corren tan rápido que dejan atrás a quienes no pueden seguir su paso.

 

Pero en esta reflexión reside también la semilla del cambio: la soledad no deseada no es un destino inevitable, sino un llamado a la acción. Cada sonrisa compartida, cada mano tendida, cada momento de verdadera escucha, es un puente que atraviesa el abismo de la indiferencia. La verdadera riqueza de una sociedad no se mide por sus logros materiales, sino por su capacidad de tejer redes de afecto que no dejen a nadie fuera, que abracen la diferencia como un regalo y la vejez como un tesoro de sabiduría por descubrir.

sábado, 9 de noviembre de 2024

ACEPTANDO LO QUE VENGA

 La vida es movimiento, cambio e impermanencia. Nos empeñamos en que sea algo que no es. Queremos que nada cambie, que nos dejen como estamos, que no se muevan las coordenadas que con tanto esfuerzo hemos logrado disponer pero, sobre todo, que lo bueno siga estando en nuestras vidas.

 

         En cualquier instante, todo puede cambiar y hacerlo de manera drástica e imprevisible. No estamos preparados para dejar de tenerlo todo o perder mucho. Nuestro modo de estar en este mundo pasa por el apego, por estar agarrados a cualquier mínima cosa, por no querer perder nunca y por no saber despedirnos con facilidad.

 





         Sin embrago, la vida decide por nosotros. No podemos manejar casi nada, en contra de lo que pensamos y, a veces, cuanto más nos empeñamos en algo menos se acerca a nosotros.

 

         Aprender a despedirse es madurar. Así de duro es que la vida pase por ti. Desde que nacemos estamos diciendo adiós a lo que nos rodea, hasta que lo digamos definitivamente. Deberíamos aprender a jugar con las reglas de la vida y no intentar poner nosotros las que nos vengan bien, porque la vida, la naturaleza, el entorno…todo estaba antes que nosotros y todo se regía por sus propias leyes, sobre las que no tenemos poder alguno.

 

         En ocasiones, no nos queda más que aceptar lo que llega, aprender a modelarnos para encajar de nuevo en lo que nos queda, ser camaleónicos y poder sobrevivir, porque en definitiva, llegamos sin nada y nos vamos igual.

 

         No nos aferremos tanto a nuestro coche, a nuestra casa, ni incluso a nuestros seres queridos; dejemos una brecha de apertura para lo que pueda llegar y sepamos encajar los golpes de la vida como parte de lo que significa “estar vivos”. 

 

Dejemos fluir el devenir de los acontecimientos con serenidad para que el impacto de lo que suceda no acabe con nosotros. 

 

sábado, 2 de noviembre de 2024

¿TE DEJAS INFLUIR POR LOS DEMÁS?

 La mejor espontaneidad está en la infancia. La persona adulta que cuida a un bebé o que se acerca a él, le imita, cambia la voz, la mirada… Eso quiere decir que cuando uno es auténtico comenzamos a influir en la vida de otros, a crear un ambiente determinado y a crear un entorno sano.

 

Cuando crecemos cambiamos tanto que sucede lo contrario. Nos dejamos influir, tratamos de seguir los patrones y pautas que otros nos dan para agradar, para no ser regañados, para cumplir las expectativas de los demás y así dejamos de ser auténticos, nos perdemos en lo que el resto quiere que seamos y nos cuesta mucho trabajo definir lo que por nosotros mismos queremos ser.




 

Cuentan que…”Gandi estaba meditando cuando una señora y su hija llegaron hasta él para pedirle ésta que hablase a su hija con el propósito de que dejase de comer tanta azúcar. Gandi le respondió que le dejasen dos semanas y volviesen al cumplir ese tiempo. Cuando ellas volvieron, le indicó a la niña indicó los daños del azúcar en el cuerpo y a la niña de repente lo acepta y se disponen a marchar. La madre le pregunta sorprendida por qué esto mismo no lo había dicho hace dos semana y les había hecho volver. Gandi le responde:… Porque hace dos semana yo comía mucha azúcar, pero entonces decidí dejar absolutamente el azúcar y ahora que he hablado con ella, tengo la autoridad de decir que no tome azúcar porque yo mismo no la estoy tomando; entonces, mis palabras tienen fuerza y no son solo palabras.”

 

Por eso, cuando tenemos la convicción de algo porque lo vivimos, no hace falta que demos un consejo, porque nuestras palabras tienen la inspiración de nuestros actos y eso se transmite.

 

Revisa tu vida. ¿Estás conectado con tu autenticidad?¿proyectas lo que eres?¿Tus palabras son tus actos?¿ Eres auténtico/a?... párate y obsérvate. Toma decisiones si no es así, porque cuando conectas con tu autenticidad, tu felicidad aumenta y sobre todo, tu seguridad en ti, tu fidelidad a ti y despertarás la mayor autoestima y autorrespeto hacia ti.

 

 

 

 

domingo, 27 de octubre de 2024

EL DOLOR INVISIBLE EN SOLEDAD

 

    A veces vivimos situaciones que guardamos profundamente en nuestro interior, como si el dolor fuera un secreto que debiéramos proteger de las miradas ajenas. Aparentamos sonrisas, cumplimos con nuestras obligaciones, y caminamos por la vida dejando solo vislumbrar lo que deseamos mostrar. Sin embargo, existe un peso en esa reserva, en la necesidad de ocultar nuestras luchas, que va creciendo como una sombra. Es una carga silenciosa y persistente que otros, aun con la mejor intención, pocas veces logran percibir.

 



    Es complejo que los demás adivinen los problemas que llevamos dentro porque no existe una herida visible, nada que alerte a quienes están cerca. Es un dolor disfrazado, escondido en pequeños detalles que dejamos escapar, en la mirada que se desvía, en el suspiro profundo tras una conversación trivial. Quizá, desde afuera, alguien nos perciba tranquilos, adaptados, como si viviéramos sin mayores preocupaciones. Pero detrás de ese silencio se esconde una lucha que desgasta poco a poco, que nos va desconectando de aquellos a quienes amamos, porque sentimos que nadie comprendería lo que realmente atravesamos.

 

         En la soledad del dolor, lo más difícil no es solo vivirlo, sino tener que hacerlo en silencio. Cargar con él sin poder nombrarlo, sin poder liberarlo con palabras, nos hace preguntarnos a menudo si otros lo notan, si alguien percibe que necesitamos un abrazo, una palabra de ánimo, o simplemente alguien que escuche sin juzgar.

 

    Este dolor oculto, silencioso, es un recordatorio de que todos libramos nuestras propias batallas, y que la verdadera empatía surge cuando entendemos que, detrás de cada sonrisa, puede haber una historia que no conocemos. Y quizá, solo quizá, si alguien se detiene a preguntar más allá de lo evidente, podamos liberarnos de una parte de ese peso y recordar que no estamos completamente solos.

 

 

domingo, 20 de octubre de 2024

¿TE SIENTES INCOMPRENDIDO?

 La soledad del incomprendido es un silencio profundo, una sensación que, aunque dolorosa, guarda una belleza secreta. Es como caminar por un sendero donde las palabras y los gestos de otros no logran alcanzar el corazón. 

El incomprendido vive en una tierra propia, donde sus pensamientos, sentimientos y visiones son tan únicos que, a menudo, no encuentran eco en quienes lo rodean. Y sin embargo, en esa soledad, hay un espacio fértil para el autoconocimiento, una oportunidad para descubrir la esencia más pura de lo que uno es.




Es cierto que duele. Duele mirar alrededor y notar que las conexiones no siempre son tan profundas como se desearía. Pero en esa búsqueda incansable por ser comprendido, el incomprendido aprende a conocerse mejor que nadie. Se convierte en su propio refugio, en su mejor compañía. Y, a veces, esa soledad se transforma en un abrazo silencioso que invita a la introspección y al crecimiento.

El incomprendido no es alguien aislado por su propia elección, sino alguien que elige caminar a su ritmo, danzar al compás de una música que solo él escucha. Es un ser que mira al mundo desde ángulos que otros no alcanzan a ver, y es allí, en esa perspectiva única, donde se esconde la maravilla de su existencia.

La soledad del incomprendido, lejos de ser una maldición, es una bendición disfrazada, porque le permite tocar lo invisible, escuchar lo inaudible, sentir lo que otros no pueden sentir. Y al final, aunque la comprensión de otros tarde en llegar, el incomprendido descubre que, en su soledad, ha encontrado la riqueza más valiosa: la de comprenderse a sí mismo.

¿Cómo te sientes tú?

 

miércoles, 16 de octubre de 2024

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE TU ABUELA MATERNA?

 Revisando artículos interesantes sobre los que poder reflexionar, me he encontrado éste (entrevista). Es, cuanto menos, interesante y desde luego no nos dejará indiferentes.

Aquí lo dejo para vuestra propia consideración:




 

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Esta señora es muy importante para ti. 

¿Por qué?

Porque es clave a la hora del traspaso de información genética y de programas.

Resulta que cuando ella estaba embarazada de tu mamá, el feto ya tenía los ovocitos formados. De estos ovocitos, van a salir los dos millones de óvulos que tendrá tu mamá durante su vida. Uno de estos óvulos, lleva tu nombre. 

Así que este óvulo lleva la información de la abuela.

¿A qué información te refieres?

 A todo lo que la abuela vivió, sintió y cómo lo vivió. 
Si era el momento adecuado para tener hijos, si era deseado el embarazo, si se sentía protegida por su marido, etc… 

Saber que necesidades biológicas no tenía cubiertas la abuela. Todo esto y mucho más es información que se queda impregnada en cada célula del feto. Por lo tanto, llevas información de la abuela cuando estaba embarazada de tu mamá. 


¿Has oído hablar alguna vez que la genética a veces se salta una generación?Pues es justamente esto. El óvulo del que sales lleva la información de la abuela materna.

¿Por qué de la abuela y no del abuelo?

Porque la abuela pone el óvulo y el abuelo el espermatozoide; el óvulo, a parte de la información genética, lleva la información mitocondrial que está en la membrana celular. Mientras que en el abuelo, la información mitocondrial está en la cola del espermatozoide y, como sabes, en el momento de la fecundación la colita se queda fuera. En la mitocondria es donde está guardada la información a niveles de programas que se heredan. Información biológica.

 

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"Querida abuela honró tu vida y lo difícil que fue tu destino.

Honro tus pérdidas, tu sacrifico, tu fortaleza para superarlo todo y poder transmitir la vida.

Te tomo completa y te miro con dignidad; honro tu vida y así te doy un gran lugar en mi corazón.

Honro mi propia vida, mi propio destino. Hoy sé que tengo la posibilidad de hacerlo, a mi modo y a mi forma, formando parte de este linaje.

A través de Sandra Sánchez.(Revista digital Quora)

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Podemos, repetir este mantra cada día o cada noche, de forma que, la hayamos conocido o no, agradezcamos el linaje que de ella desciende y se manifiesta a través de nostr@s. Eso puede explicar muchas angustias indefinidas, fobias, complejos, timideces o todo lo contario.

 

domingo, 6 de octubre de 2024

EL VALOR DE LA ADVERSIDAD

  A lo largo de la vida todos pasamos situaciones problemáticas, adversas que nos sacan de nuestra zona de confort. 

 

Nuestra sociedad está instalada en la comodidad y nos ha envuelto en esa dinámica del escaso sacrificio, de la intolerancia al fracaso, del esfuerzo continuado. De este modo, cada cosa que nos sucede fuera de ella, nos descoloca. En seguida nos ponemos nerviosos, cambiamos de humor, nos quedamos sin energía interior.





 

         La adversidad nos pone a prueba. En lugar de resistirnos a lo que va a suceder, de una forma u otra, lo debemos aceptar. Acomodarnos a lo diferente e incluso, sacar de ello lo mejor de nuestras fortalezas, que tal vez ni conozcamos.

 

         La vida es un entrenamiento. Nos pone exámenes para que encontremos en nosotros esa superación personal que nos hará más fuertes. Nos afectamos tanto de los problemas que incluso cambiamos nuestro lenguaje. Si nos preguntan:…”Qué tal te va?...poca gente responde …”genial”, “bien”, etc… estamos abocados a poner “peros” en nuestras respuestas, o utilizar palabras tales como: “fatal”, “no creas que bien”… dando una dimensión a lo que nos sucede aún mucho mayor.

 

         El mundo acoge una especie de caos centrípeto. Van a sucedernos muchas cosas. Hay que estar preparados para que nuestra forma de vida pueda cambiar. Hay que entrenarse a fortalecernos, a ser más expertos en la gestión de las emociones y las respuestas a lo que nos sucede. 

 

         Hay que poner atención a lo que nos sucede, aprender aún muchas cosas sobre la tranquilidad, la serenidad, el sosiego ante los problemas. No podemos esperar solo a que pasen, ellos nos enseñan muchas cosas sobre nosotros mismos y hay que recoger ese aprendizaje para conocer nuestros límites, nuestra paciencia y nuestra empatía.

 

         En la comodidad no se aprende nada. Se aprende en las dificultades. Ningún error es tal. Los errores son oportunidades de mejora si  se sabe aprovecharlos. 

 

No lo olvides; no te equivocas. Estas aprendiendo a hacerlo mejor y a no repetir el error. No sientas culpa. Sigue adelante con la satisfacción de aplicar lo aprendido.

 

         

 

         

domingo, 29 de septiembre de 2024

LA SOLEDAD: UN SILENCIO QUE GRITA

 La soledad tiene muchas formas, pero hay un tipo que duele de manera especial: la de nuestros mayores. Es una soledad silenciosa, una que se va instalando poco a poco, día tras día, mientras las sillas se quedan vacías, las llamadas son menos frecuentes y las risas se hacen ecos lejanos. La soledad de los ancianos no es solo una cuestión de estar solos físicamente, es sentir que su existencia, con todo lo que ha vivido y aprendido, se desvanece en la indiferencia.

Nuestros mayores son bibliotecas vivientes. Cada arruga en sus manos es una página escrita con amor, sacrificio, alegrías y dolores. Sin embargo, en este mundo que corre a toda velocidad, pareciera que no hay tiempo para detenerse a escuchar esos relatos que, en muchos casos, llevan décadas esperando salir. La jubilación, la pérdida de seres queridos, el distanciamiento de los hijos y nietos, la fragilidad física… todo contribuye a un aislamiento que, más que físico, es emocional. Y el dolor de la soledad es como una enfermedad que corroe desde dentro, invisible pero letal.




La tristeza y el desánimo crecen como sombras. Es difícil imaginar lo que significa vivir un día tras otro sin nadie con quien compartir una conversación, una sonrisa, un recuerdo. Se dice que el ser humano es un ser social por naturaleza, y cuando las conexiones humanas se desvanecen, algo en nuestro interior se rompe. Para nuestros mayores, esas conexiones son su ancla, su lazo con un mundo que parece estar dejándolos atrás.

         Pronto olvidamos lo que han hecho por nosotros, más pronto aun lo que no supuso su presencia en nuestros comienzos e incluso, en la posibilidad de sacar adelante a la familia que creamos nosotros mismos. Solamente, al final…cuando tenemos suficientes años ya para poder observar la vida con distancia, repetimos, casi de forma inconsciente, frases que ellos decían, reflexiones que a diario nos hacían y reconocemos los fracasos que nos anunciaron o las bondades que nos enseñaron.

         Debería haber un Ministerio para la soledad, como en Gran Bretaña o en Japón, porque cada vez nuestros mayores son más y están más solos enfrentándose a peligros diarios, enredándose  en resolver problemas para los que ya no están preparados o capacitados cuando ellos lo dieron todo por nosotros. 

         ¿Nadie lo vemos o nadie lo queremos ver?. Ni nosotros de cerca, ni la sociedad de lejos.

 La justicia natural nos pondrá, no en mucho tiempo, en el mismo lugar, entonces entenderemos cómo hemos actuado con nuestros mayores y qué significa depender.

 

 

domingo, 22 de septiembre de 2024

LUCES Y SOMBRAS

 

         Todo en la vida está formado por un claro-oscuro permanente. A la inmensa luz del día le sucede la temida oscuridad de la noche, antes de la tormenta luce un espléndido sol, el momento en el que aparece la enfermedad es el que está precedido por una etapa de bondades y dichas. Es como si antes del abismo estuviese firmemente cimentada la plataforma que nos sostiene.





 

         No todo es perfecto. En realidad, nada es perfecto. Nadie tiene la dicha completa, por cualquier cosa que se elige hay que pagar una factura. El camino que tomamos deja otro muy distinto por el que no transitaremos a la vez.

 

         No podemos tenerlo todo, pero sabemos que tras la sombra está luz y tras los malos momentos llegan otros que los compensan. Por eso, debemos equilibrar las emociones. No hay vidas maravillosas, ni el vecino tiene más suerte que nosotros. A todos nos suceden penas y alegrías. A todos nos condenan, en la tierra, los mismos pecados. A todos nos devuelven las mismas recompensas; más tarde o más temprano, pero sucede.

 

         Saber ver en las sombras y cerrar los ojos en la luz es fundamental.  Cuando tu mundo es oscuro debes  abrir los ojos para aprovechar a estar contigo, a hacer silencio interior, a dejar que la sabiduría interior te de consejos. Cuando, por el contrario, brilla la luz en él, debes proceder a la inversa, es decir, cerrándolos para guardar en ellos los destellos que necesitarás cuando no los tengas.

 

                  Luces y sombras siempre estarán acompañándonos. Ninguna es mejor que otra si sabemos aprovecharlas. Una complementa a la otra y viceversa.

 

No te resistas a la oscuridad porque de ella nace la luz.