Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 11 de octubre de 2013

LO MÁS FUERTE: EL AMOR



No hay nada más fuerte que el Amor. Nada que te mueva sin que te des cuenta, que tire de ti sin intentarlo, que te obligue sin intimidar, que te someta sin cadenas, que te rinda sin ningún esfuerzo.
A veces, uno se sorprende a sí mismo con actitudes desconocidas, con cambios de humor, con altibajos que rezuman tristezas frente a entusiasmos. Pero sobre todo, solamente a través del amor conocemos nuestra medida.
Hay que desterrar la idea de acotar el Amor. Para ser tal no tiene que tener apellidos. Ni de familia, ni de pareja, ni fraternal, ni de amistad…el Amor es tan amplio y fabuloso que lo invade todo cuando existe y en ese amplio abrazo lo inunda por completo.
Uno sabe cuando ama y lo sabe bien. No hay dudas posibles. Ni trabas, muros o murallas que no se puedan derribar. No hay posibilidad de confusión. Si dudamos de lo que sentimos es que no es Amor; será otra cosa. Y ahí está el peligro. Frecuentemente se confunden los afectos, se desdibujan los límites y se interseccionan las proyecciones. Pero siempre que sucede esto es porque la persona que lo confunde nunca ha estado instalada en el amor y no conoce su esplendor y textura.
Cuando se ama, es imposible no perdonar, no disculpar, no proteger, no colmar, no responder, no estar siempre y para todo.
Solemos querer medir el Amor, pero de tener medida sería tan inmensa que estallaría cualquier medidor. El Amor, en estado puro arrasa y desborda, mientras suavemente serena y aquieta.
En él caben todos los contrastes porque se disuelven y reúnen, se derriten y se funden. Es la unicidad por excelencia.
Lo único que todo lo explica, deduce y concluye.
Por eso, cuando estamos instalados en el Amor lo sabemos bien porque no hay nada igual. Nada.

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