Hoy he concluido dónde,
en qué parte de la vida está su secreto. Indudablemente en la infancia.
Venían, delante de mí, cuatro muchachos cercanos a la pubertad. Con las camisetas de sus equipo de
fútbol favoritos, sus bicicletas y sus cánticos. A lo sumo faltaba en su
alegría un componente que seguramente existiría ya. Un nombre en un pupitre. Y
en eso consiste su felicidad. La felicidad. En vivir otro tiempo dentro de
éste, una dimensión inventada que se hace real cuando la ponen en marcha. Un
momento continuo en el que no caben desgracias, en el cual, el juego, la música
o la comunicación lo es todo, a pesar de todo.
Esa actitud, que perdemos muy pronto cuando el jarro de la
vida cae por primera vez al suelo y se nos clava un pedazo, es la que
deberíamos mantener siempre. Entonces, las desgracias serían recolocadas, los
problemas pospuestos, las angustias eliminadas y los sinsabores endulzados con
sabor a gominola pasada de bolso en bolso.
Uno va
perdiendo la capacidad de soñar. El hábito de fantasear y recrearnos en las
fantasías, el inmenso valor de sobreponernos a las críticas, las riñas y los castigos
que marcan la vida de los niños sin hacer mella en ellos. Porque incluso
aquellos que no tienen una vida cómoda; los que tienen que soportar infames condiciones
para tener lo mínimo y aquellos que incluso sufren vejaciones y abusos, saben
ser niños entre el caos.
¿Por qué nosotros no sabemos ser niños con el momento que nos toca como adultos?.
¿Qué punto de locura y pasión nos falta por la vida que podríamos rescatar del
niño que fuimos?.
Ninguna etapa en la vida es tan honestamente
feliz. Y si volvemos la mirada a aquella época nos encontramos con una vivencia
en carne viva del día a día, con amigos que dan sentido a cada instante, con
pequeños detalles que lo son todo, con amuletos y objetos que importan tanto,
con una simple sonrisa o una mirada que no te deja dormir.
Esa sería
la actitud que deberíamos estirar como si se tratase de un chicle de fresa o
menta.
Elige
sabor. ¿Cuál te gusta más?
Ni fresa ni menta, Flor y Nata está bien. jajaj! Gracias , seguimos escuchándote.Bssss!!!
ResponderEliminarXara por favor, desvélanos cuál es tu sabor...Besosss*
ResponderEliminarEstá bien, me quedo con el de menta..., gracias.
ResponderEliminarUn besito frescoooooo!
Xara coincidimos!!...la menta siempre permite aspirar el aire y sentir una corriente fresca que nos inunda...!. Besos de buenas noches*
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