Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 11 de enero de 2025

¿BEBES EL VENENO DE LOS DEMÁS?

  

Nadie puede envenenar tu mente si tu no quieres. Pueden ponerte el veneno en la boca pero tú decides tragarlo o no. Esta alegoría, nos encaja perfectamente en el modelaje de la mente ya que somos nosotros mismos los que podemos dar forma a los pensamientos y a su vez éstos determinar la arquitectura de nuestra mente.

 

Hay que hacer un esfuerzo máximo para no dejar que nuestra conciencia sea permeable a cualquier opinión, juicio o increpancia que nos llegue de fuera a nuestra persona. Necesitamos construir un escudo invisible que detenga todo aquello que nos robe nuestra paz.




 

La ansiedad, en la actualidad se hace protagonista de nuestra vida y del entorno que nos rodea. Hay como una necesidad imperiosa de “necesitar”…necesitamos siempre estar haciendo algo, tener proyectos, yendo y viniendo, deseando alcanzar lo que sea; nerviosos por no tener lo que anhelamos, indecisos por no saber si algo saldrá mal o bien… Y todo ello reduce, no sólo la capacidad de tener un equilibrio mental saludable, sino incluso ataca a nuestras defensas físicas con el deterioro del sistema inmunitario.

 

No somos perfectos, no lo tenemos todo, no siempre salen las cosas como queremos, no podemos conseguir todo lo que pretendemos…pero esa imperfección también es conveniente. Ahí, en la escasez, en el vacío, en la ausencia, en la necesidad, en la quietud, se logra un estado de equilibrio del que siempre aprendes. Aprendes a no “tener” y no pasar nada, a no estar “con” y seguir adelante, a no “hacer” todo bien y mejorar para la siguiente vez…

 

Somos los arquitectos de nuestro cerebro. El cincel con el que esculpimos las figuras mentales, no es otra cosa que nuestros pensamientos de paz y serenidad.

 

No des importancia a casi nada; no la tiene, no la tendrá si miras hacia tras después de unos años. 

 

Trabaja en ti mism@ y trabaja por dentro desde fuera. No dejes pasar venenos que van directos a anular tu  serenidad; no los tragues, no son tuyos.

 

 Qué date con tu paz y deja la “razón” para otros, la “verdad” para quien crea que la posee y los “juicios” para los jueces de turno que abundan por todas las partes.

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