Aunque parezca mentira, todo
pasa.
No es que el dolor desaparezca por arte de magia con el paso del tiempo, sin más. No. No es eso. Lo que ocurre es que después de días muy difíciles llegan otros que no lo son tanto y, entonces, tenemos la oportunidad de emprender acciones que nos ayuden a deshacer los nudos y aligerar las penas.
Al principio del duelo, significando éste una separación del tipo que sea –y cuando digo principio me refiero a los primeros años- yo solía sentir la sensación de tener una piedra pesada y enorme entre el centro del pecho y la boca del estómago. Mi psicólogo, me decía que esa piedra grande estaba hecha de las emociones atascadas que no había podido digerir a lo largo de la vida.
Cada uno de nosotros, desde que nacemos, tal vez desde antes, guardamos en nuestro interior el dolor que vamos acumulando.
Ese dolor puede convertirse en una enfermedad si no le hacemos caso. La primera buena noticia es que no hace falta enfrentarnos de golpe a la piedra entera.
La segunda, es que duele menos deshacerla que mantenerla.
Y la tercera, y tal vez la más
importante, es que a la que estamos firmemente decididos a seguir adelante, el
Universo entero se pone de nuestra parte.
Se trata de dar el primer paso al vacío.
Si nos atrevemos, aunque sea muertos de miedo y con los ojos cerrados, sorprendentemente aparecen escalones donde antes no había nada.
Merce Catro Puigautora del libro: "Volver a Vivir"
Eres un ejemplo viviente de entereza, dignidad y valentía extraordinarias y me alegra saber que encontraste el peldaño salvador aun en ese vacío oscuro que dejan ciertas circunstancias.
ResponderEliminar"Quien se detiene, se queda" escuché hace muchos años, sin entender el profundo significado que encierra.
Saludo solidario y alegría compartida.
Graciasss...quién "resiste, vence" !!...la paciencia es un inconmensurable valor que se aprende a trabajar cuando se tiene fe en el objetivo final.***
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