En cierta ocasión, un joven llegó a un
campo de leñadores con el propósito de obtener trabajo. Habló con el
responsable y éste, al ver el aspecto y la fortaleza de aquel joven, lo aceptó
sin pensárselo y le dijo que podía empezar al días siguiente.
Durante su primer día en la montaña trabajó
duramente y cortó muchos árboles.
El segundo día trabajó tanto como el
primero, pero su producción fue escasamente la mitad del primer día.
El tercer día se propuso mejorar su
producción. Desde el primer momento golpeaba el hacha con toda su furia contra
los árboles. Aun así, los resultados fueron nulos.
Cuando el leñador jefe se dio cuenta del
escaso rendimiento del joven leñador, le preguntó:
-¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu
hacha?
El joven respondió:
-Realmente, no he tenido tiempo... He
estado demasiado ocupado cortando árboles...
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Tal vez estemos demasiado ocupados en los problemas y no en pensar en las
soluciones…Puede ser ésta una buena reflexión para comenzar la semana.
Por eso el Marqués me exige siempre..."cuando vayas a presentarme un problema, acompáñalo con tres alternativas de solución.." ...generalmente no termino por consultarlo.
ResponderEliminarMi cantábrica amiga, ya afilaste tu hacha?
Procuro atender siempre al corte y a su filo porque, en realidad, lo que me preocupa siempre no es tanto las causas como las soluciones que puedan tener los problemas.
ResponderEliminarEso es lo que importa, al menos a mi...al fin creo que tengo un rasgo de practicidad que me hace resolutiva.*