Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 11 de julio de 2014

SEGURIDADES INSEGURAS

En la vida no hay nada seguro. Esta realidad se entiende cuando vamos quemando etapas. Uno pretende atrapar el tiempo, los recuerdos bonitos, lo soñado y lo ansiado logrado.
Creemos que establecer contratos nos deja margen amplio a la seguridad. Pensamos que si firmamos todo está ya concluido y conseguido pero no es así.
Todo cambia y a veces, lo único que permanece es lo que se debería ir. Malos hábitos, despropósitos, falta de voluntades y un sinfín de actitudes desechables son las que de verdad se resisten a irse.
Nada tiene el sello de definitivo. Nada lo es. Por eso buscamos tan desesperadamente la estabilidad, en el trabajo, en el amor, en la convivencia, en las relaciones…
Nos es urgente saber dónde estamos y qué suelo pisamos. Tener un referente, ser de algo, de alguien; tenerlo claro, saber que nos esperan y pensar que nos aman. Eso sí nos da seguridad, eso es lo que realmente importa, el resto sobra.
Es fundamental no creer que tenemos todo lo que consideramos nuestro y equivocarnos, por ello, al pensar que no es necesario cuidarlo.
Se posea, lo que se posea estamos siempre en un error. No existe la propiedad. Todo lo tenemos en usufructo hasta el día en el que nos vayamos definitivamente, todo está alquilado y tiene un precio. Cada acto genera unas consecuencias y no hay más remedio que recoger las responsabilidades.
         El amor, la amistad, las relaciones con nuestros hijos, el trato diario con los conocidos y los desconocidos…todo está sometido al necesario equilibrio. No podemos amar mucho unas veces y saltarnos todas las barreras, otras. No podemos acogernos a la generosidad del afecto de los demás y en base a su incondicionalidad, comportarnos como nos plazca.
En la vida todo es un intercambio y el desequilibrio termina siempre mal.

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