Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 23 de julio de 2013

EQUILIBRIO EN EL CAOS



         Cuando todo parece ir mal, retomo un pensamiento de fondo que subyace en mi mente…siempre hay un equilibrio aún en el caos. Nada pasa porque sí, todos son ciclos, momentos buenos y vivencias peores que tanto unos como las otras, pasan.
         La vida tiene un sentido que nos supera. Creemos ser el centro del mundo y solo lo somos del nuestro. Todo parece ir bien si nos sentimos felices, pero realmente nada cambia por nuestra percepción interna en realidad y lo que hay afuera siempre se mueve en un orden concreto que tiende a la unidad y a la armonía.
         Cuando me siento mal, algo se ha desequilibrado en mí. Posiblemente mi sentido del entusiasmo, la llegada de dolores viejos que creí olvidados, la llamada a mi puerta de otros nuevos que nunca esperé, la pérdida de ilusión, el desengaño de mi misma o el mordisco que me da la realidad cuando no queriendo verla se me impone.
         Quiero aferrarme a la idea de que por debajo de lo que siento, de lo que sufro, de lo que va mal a mí alrededor y en mi vida, me espera ese equilibrio perdido al que también yo, como parte del cosmos, tiendo sin cesar.
         La vida no es como nos la cuentan, ni como esperamos, ni siquiera como la vivimos. Si así fuese, no tendríamos sensaciones encontradas en una misma situación. Todo cambia, todo evoluciona, todo se transforma y para eso, muchas veces, no estamos preparados. Nos gustaría que cuando vivimos una experiencia de esas que tocan el corazón siempre fuese así, que se quedase por siempre atrapada en su halo de belleza y bondades, que nos siguiese cobijando con las seguridades de pertenecernos hasta el fondo de nuestra alma y que por nada se rompiese el encanto de poseerla como nuestra.
         Me cuestan los cambios y sé que la vida misma es cambio es estado puro. Tengo que hacer un enorme esfuerzo por sentarme en la cúspide de mi corazón y serenarme mi voluntad, mis anhelos y mis esperanzas para que acepten lo que he de venir.
A veces una muerte anunciada duele más que una súbita porque hay más tiempo para ir muriendo antes de morir verdaderamente y ese tiempo que se espera lo irremediable, se muere doblemente.
Quiero sentir que hay equilibrio en el caos. Cerrar los ojos e imaginarme envuelta por una cálida llama violeta capaz de llevar paz a cada poro de mi piel.
Así intentaré dormir esta noche. Mañana será mejor día, seguramente.

2 comentarios:

  1. En la búsqueda de equilibrio sufrimos mucho, a veces de un modo innecesario. La Paz es un gran estado; determina cuán aceptado nuestro desequilibrio. La Paz que sentimos a pesar de los pesares; azúl cobalto. Aprovecho esta entrada para recomendaros a todos la práctica de algún ejercicio físico, que nos ayude a reconocer el caos, el conflicto... en el cuerpo. Será un buen método para llegar a recuperar esa Paz que tanto anhelamos en los estados caóticos de nuestra existencia. Recomiendo que practiquéis Yoga, Tai Chí, o cualquier ejercicio que te permita interiorizar a través de la respiración consciente. Aún así encontrarás momentos de "renuncia"..., el ego quiere ser perfecto, no nos olvidemos de esto.
    Un abrazo y gracias mil por esta estimulante reflexión, hoy.

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  2. Xara!!...aire fresco es tu comentario...efectivamente el equilibrio no debe ser percibido como algo difícil, ni reservado solamente algunos privilegiados espíritus puros...la armonía es posible. Tal vez comenzar por la respiración sea el camino...hacia el interior...y en él sabremos que la calma es un estado natural con el que venimos que hemos perdido. pero está dentro...solo hay que pasar y retomarla de nuevo.
    Gracias por seguir cerquita!*

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