Si pudiera una sola vez nombrarte,
Volarían alondras de mi boca,
Con sus vuelo raso hasta tu alma.
Si pudiera acariciar tu piel de nácar
Y retorcer, hasta hacerlas tuyas,
Todas y cada una de mis palabras.
Si pudiera verte, asomando liviana
En el alfeizar de mi ventana,
Daría mi vida por bien empleada.
Y cada día, de mis pocos días,
Pondría en tu boca
Miel y canela en rama,
Para beberlas de un sorbo
Cuando juntase mis labios
Con las grosellas de tu cara.
Si pudiera mirarte a los ojos
Y nadar en el mar de tu calma,
Dormiría tiempo y tiempo
En lo eterno de tu mirada.
¡Ay si pudiera sentirte cerca,
en mi cama!
Mis caricias repasarían
La dulce orografía de tus ganas,
Para dejarte luego sumida en un sueño
Del que conmigo,
no despertaras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario