TU MADRE, LA MÍA Y ESTE SENTIMIENTO
Cuando
pienso en ti me gustaría que ella estuviese a mi lado, que bendijese mi
sentimiento o que al menos apretase mi mano estando conmigo, en silencio o con
la mirada puesta en mi esperanza para que ésta no se esfume en mi horizonte
perdido.
Cuando
pienso en ti, me gustaría ser ella y saber si su corazón hubiese salpicado de alegría con mi
gozo o si su mirada hubiese temblado con mi locura.
Cuando
pienso en ti, también pienso en tu madre y en los dolores de su alma y en la
primavera de sus canas. Pienso, en si nos ha cubierto con un lazo o en si ha
mirado para otro lado.
Cuando
pienso en ti también quisiera ser madre de tus emociones, haber parido tu
desvelo y engendrado tu deseo. Quisiera acariciar tu pelo y cantarte una nana
cuando tu cabeza invade mi pecho.
Cuando
pienso en ti, pienso en ellas y agradezco que tú y yo estemos. Aquí, ahora, en
el nunca de antes y en el siempre de estos momentos.
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