¿Nos hemos parado a pensar lo estúpido que es el estado de desasosiego y angustia que nos generan muchas situaciones cuando aún no han sucedido o no se han resuelto?. Nos pasamos la vida tratando de controlarlo todo. Desde que nos levantamos estamos controlando. Unas veces porque el control nos da la ficticia seguridad de que todo está bajo nuestra supervisión y que de este modo logramos prever los resultados. Otras porque creemos que efectivamente somos dueños y señores del destino si estamos ocupados en dirigirlo. Sin embrago, la vida nos demuestra que no es así. Que el bagaje de experiencias, miedos, fracasos y errores cometidos en el pasado pesa demasiado sobre nosotros y actuamos condicionados por ellos. Las expectativas sobre el futuro y los prejuicios que aplicamos al pensamiento que proyectamos más allá de donde nos encontramos, también modifican lo que suponemos que va a suceder. Ni pasado ni futuro existen como tales. Por tanto, todo lo que provenga de ellos es nuevamente un error.
Está bien tener objetivos, enfocarnos en lo que queremos conseguir, trazarnos un camino y fijar nuestra intención en lo que deseamos, pero a partir de ese momento debemos soltar amarras…dejar que todo siga su curso y esperar que la vida resuelva. Porque siempre lo hace. Nos guste o no. El control solamente es una vana ilusión. Lo que debemos hacer es dirigir la voluntad y el sentimiento hacia el suceso de lo que nos gustaría o nos conviene. Es como lanzar nuestro deseo y esperar, confiando, que se cumpla.
No podemos hacer otra cosa. Y no es poco. La intención, el enfoque real de nuestro corazón sobre lo que debe sucedernos o sobre lo que queremos conseguir es por sí sólo un reactivo suficiente para que el universo nos lance una respuesta afín con nuestra vibración. A partir de ahí…solamente, confiemos. El resto vendrá por sí sólo. Seguro.
Nota: Agradezco todos los comentarios al blog. Lamento no poder contestar en él por una cuestión técnica. No me deja añadir respuestas a estos comentarios. Gracias a todos, por leerlo y por compartir su contenido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario