Dicen
que los hombre y las mujeres somos
diferentes; que nuestros cerebros trabajan a ritmos distintos y por caminos
diversos. Que lo que para unos es un juego, para las otras es una búsqueda de
infinitas sensaciones relacionadas con el afecto, la validación, la autoestima
y la falta de un sinfín de males que se les imputa a los contrarios.
Muchas
veces queremos asimilarnos tanto al otro que nos perdemos en él, no nos
diferenciamos y nos olvidamos de que la diferencia también acerca. Otras veces,
sabemos que las diferencias están ahí y en vez de utilizarlas como aliciente
para construir la mejor relación, las usamos como trampolín para ir en busca de
lo que aparentemente nos dará una satisfacción efímera.
Frecuentemente
se olvida que la fidelidad es un compromiso de lealtad, mucho más emocional que
física; sin que éstas deban separarse.
A
todo el mundo puede agradarle otra persona en un momento determinado. Podemos
encontrar similitudes, sintonías y gustos semejantes.
Muchas veces nos parece que es un reto que no
podemos dejar escapar en nuestra vida rutinaria y acomodadamente invariable.
Creemos que nos empondera, que entramos en el terreno de la travesura, de los
prohibido y por ello apetecible.
Sin
embargo, no debemos olvidar que hay líneas que deben marcar territorios y que
en nuestro mapa mental no debemos dibujar el destinado a los afectos con
puertas de doble entrada.
Todo
se ciñe a la lealtad, no con la otra persona, sino con uno mismo. A saber qué
es lo que de verdad queremos hacer y que nos hagan. A convertir el sonido de
cascabeles en verdadera pieza musical con todas sus tesituras.
El
amor de pareja puede acabarse; diría que siempre está en continuo movimiento y
que si no termina al menos si cambia.
En
una relación de pareja hay que encontrar nuevas formas de relacionarnos,
evitando rutinas. No perder las ganas de agradar, pero al mismo/a del que nos
enamoramos en su momento y recordar que no le elegimos nosotros, sino algo
dentro invisible e indefinido que a pesar de todo puede seguir existiendo.
Si
después de revisado el sentimiento vemos que no es así, entonces mejor que ser
infiel es despedirnos.
A tiempo.
Cuanto antes.
En estos procesos de amor y desamor se halla
uno de los mayores sufrimientos.
Hay
muchas almas esperándonos.
No
nos hagamos daño.
Excelente lo que compartes. Vivo una situación parecida, mi actual pareja sigue en contacto con su ex novia lo cual me ha llevado a tomar drásticas medidas. Gracias infinitas por tus escritos. Saludos desde Colombia
ResponderEliminarGracias a ti por tus palabras y sobre todo por tu sentir. Hay dterminadas situaciones que una/o no puede aceptar desde dentro de su corazón y a pesar de los esfuerzos por admitirlas, comprendrlas o tolerarlas...se abre una brecha que de alguna forma hay que salvar. Compromiso es la palabra. Saludos muy gratos.*
ResponderEliminarEs admisible seguir en contacto con un ex, aún teniendo pareja actual? Saludo fraterno desde Ecuador.
ResponderEliminarConsidero que un amor, nunca podrá ocupar el lugar de una amistad porque ya rebasó esa dimensión y ahora y siempre será “otra cosa” diferente. Personalmente no podría. Mis mejóres deseos*
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