Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 17 de noviembre de 2024

UN SILENCIOSO INFIERNO: LA SOLEDAD NO DESEADA

 En el vasto lienzo de la existencia, la soledad no deseada pinta trazos de gris sobre corazones que laten al ritmo de la incomprensión. Como hojas arrastradas por un viento hostil, algunos jóvenes deambulan por las calles de ciudades que les niegan su abrazo, marcados por el estigma de ser diferentes, de hablar con otro acento, de amar de forma distinta, de tener otro color de piel.

 

Sus pasos resuenan en pasillos de escuelas donde las miradas esquivas construyen muros invisibles. Sus voces, melodías de tierras lejanas, se ahogan en el murmullo de prejuicios ancestrales. Sus sueños, mariposas multicolores, chocan contra ventanas cerradas por el miedo a lo desconocido. En cada esquina, en cada plaza, la xenofobia teje sus redes de exclusión, mientras la diferencia se convierte en un peso que dobla sus espaldas jóvenes.




 

Y en el otro extremo de la vida, los ancianos, tesoros vivientes de sabiduría, se marchitan en la penumbra de habitaciones vacías. Sus historias, ricas en experiencias, se desvanecen en el aire sin encontrar oídos que las escuchen. Sus manos, curtidas por el tiempo, añoran el calor de otras manos. Sus tardes se alargan como sombras infinitas mientras el mundo exterior gira vertiginoso, olvidándolos en su prisa.

 

La soledad no deseada es un espejo que refleja nuestra propia humanidad fracturada, un recordatorio de que hemos construido sociedades que corren tan rápido que dejan atrás a quienes no pueden seguir su paso.

 

Pero en esta reflexión reside también la semilla del cambio: la soledad no deseada no es un destino inevitable, sino un llamado a la acción. Cada sonrisa compartida, cada mano tendida, cada momento de verdadera escucha, es un puente que atraviesa el abismo de la indiferencia. La verdadera riqueza de una sociedad no se mide por sus logros materiales, sino por su capacidad de tejer redes de afecto que no dejen a nadie fuera, que abracen la diferencia como un regalo y la vejez como un tesoro de sabiduría por descubrir.

sábado, 9 de noviembre de 2024

ACEPTANDO LO QUE VENGA

 La vida es movimiento, cambio e impermanencia. Nos empeñamos en que sea algo que no es. Queremos que nada cambie, que nos dejen como estamos, que no se muevan las coordenadas que con tanto esfuerzo hemos logrado disponer pero, sobre todo, que lo bueno siga estando en nuestras vidas.

 

         En cualquier instante, todo puede cambiar y hacerlo de manera drástica e imprevisible. No estamos preparados para dejar de tenerlo todo o perder mucho. Nuestro modo de estar en este mundo pasa por el apego, por estar agarrados a cualquier mínima cosa, por no querer perder nunca y por no saber despedirnos con facilidad.

 





         Sin embrago, la vida decide por nosotros. No podemos manejar casi nada, en contra de lo que pensamos y, a veces, cuanto más nos empeñamos en algo menos se acerca a nosotros.

 

         Aprender a despedirse es madurar. Así de duro es que la vida pase por ti. Desde que nacemos estamos diciendo adiós a lo que nos rodea, hasta que lo digamos definitivamente. Deberíamos aprender a jugar con las reglas de la vida y no intentar poner nosotros las que nos vengan bien, porque la vida, la naturaleza, el entorno…todo estaba antes que nosotros y todo se regía por sus propias leyes, sobre las que no tenemos poder alguno.

 

         En ocasiones, no nos queda más que aceptar lo que llega, aprender a modelarnos para encajar de nuevo en lo que nos queda, ser camaleónicos y poder sobrevivir, porque en definitiva, llegamos sin nada y nos vamos igual.

 

         No nos aferremos tanto a nuestro coche, a nuestra casa, ni incluso a nuestros seres queridos; dejemos una brecha de apertura para lo que pueda llegar y sepamos encajar los golpes de la vida como parte de lo que significa “estar vivos”. 

 

Dejemos fluir el devenir de los acontecimientos con serenidad para que el impacto de lo que suceda no acabe con nosotros. 

 

sábado, 2 de noviembre de 2024

¿TE DEJAS INFLUIR POR LOS DEMÁS?

 La mejor espontaneidad está en la infancia. La persona adulta que cuida a un bebé o que se acerca a él, le imita, cambia la voz, la mirada… Eso quiere decir que cuando uno es auténtico comenzamos a influir en la vida de otros, a crear un ambiente determinado y a crear un entorno sano.

 

Cuando crecemos cambiamos tanto que sucede lo contrario. Nos dejamos influir, tratamos de seguir los patrones y pautas que otros nos dan para agradar, para no ser regañados, para cumplir las expectativas de los demás y así dejamos de ser auténticos, nos perdemos en lo que el resto quiere que seamos y nos cuesta mucho trabajo definir lo que por nosotros mismos queremos ser.




 

Cuentan que…”Gandi estaba meditando cuando una señora y su hija llegaron hasta él para pedirle ésta que hablase a su hija con el propósito de que dejase de comer tanta azúcar. Gandi le respondió que le dejasen dos semanas y volviesen al cumplir ese tiempo. Cuando ellas volvieron, le indicó a la niña indicó los daños del azúcar en el cuerpo y a la niña de repente lo acepta y se disponen a marchar. La madre le pregunta sorprendida por qué esto mismo no lo había dicho hace dos semana y les había hecho volver. Gandi le responde:… Porque hace dos semana yo comía mucha azúcar, pero entonces decidí dejar absolutamente el azúcar y ahora que he hablado con ella, tengo la autoridad de decir que no tome azúcar porque yo mismo no la estoy tomando; entonces, mis palabras tienen fuerza y no son solo palabras.”

 

Por eso, cuando tenemos la convicción de algo porque lo vivimos, no hace falta que demos un consejo, porque nuestras palabras tienen la inspiración de nuestros actos y eso se transmite.

 

Revisa tu vida. ¿Estás conectado con tu autenticidad?¿proyectas lo que eres?¿Tus palabras son tus actos?¿ Eres auténtico/a?... párate y obsérvate. Toma decisiones si no es así, porque cuando conectas con tu autenticidad, tu felicidad aumenta y sobre todo, tu seguridad en ti, tu fidelidad a ti y despertarás la mayor autoestima y autorrespeto hacia ti.

 

 

 

 

domingo, 27 de octubre de 2024

EL DOLOR INVISIBLE EN SOLEDAD

 

    A veces vivimos situaciones que guardamos profundamente en nuestro interior, como si el dolor fuera un secreto que debiéramos proteger de las miradas ajenas. Aparentamos sonrisas, cumplimos con nuestras obligaciones, y caminamos por la vida dejando solo vislumbrar lo que deseamos mostrar. Sin embargo, existe un peso en esa reserva, en la necesidad de ocultar nuestras luchas, que va creciendo como una sombra. Es una carga silenciosa y persistente que otros, aun con la mejor intención, pocas veces logran percibir.

 



    Es complejo que los demás adivinen los problemas que llevamos dentro porque no existe una herida visible, nada que alerte a quienes están cerca. Es un dolor disfrazado, escondido en pequeños detalles que dejamos escapar, en la mirada que se desvía, en el suspiro profundo tras una conversación trivial. Quizá, desde afuera, alguien nos perciba tranquilos, adaptados, como si viviéramos sin mayores preocupaciones. Pero detrás de ese silencio se esconde una lucha que desgasta poco a poco, que nos va desconectando de aquellos a quienes amamos, porque sentimos que nadie comprendería lo que realmente atravesamos.

 

         En la soledad del dolor, lo más difícil no es solo vivirlo, sino tener que hacerlo en silencio. Cargar con él sin poder nombrarlo, sin poder liberarlo con palabras, nos hace preguntarnos a menudo si otros lo notan, si alguien percibe que necesitamos un abrazo, una palabra de ánimo, o simplemente alguien que escuche sin juzgar.

 

    Este dolor oculto, silencioso, es un recordatorio de que todos libramos nuestras propias batallas, y que la verdadera empatía surge cuando entendemos que, detrás de cada sonrisa, puede haber una historia que no conocemos. Y quizá, solo quizá, si alguien se detiene a preguntar más allá de lo evidente, podamos liberarnos de una parte de ese peso y recordar que no estamos completamente solos.

 

 

domingo, 20 de octubre de 2024

¿TE SIENTES INCOMPRENDIDO?

 La soledad del incomprendido es un silencio profundo, una sensación que, aunque dolorosa, guarda una belleza secreta. Es como caminar por un sendero donde las palabras y los gestos de otros no logran alcanzar el corazón. 

El incomprendido vive en una tierra propia, donde sus pensamientos, sentimientos y visiones son tan únicos que, a menudo, no encuentran eco en quienes lo rodean. Y sin embargo, en esa soledad, hay un espacio fértil para el autoconocimiento, una oportunidad para descubrir la esencia más pura de lo que uno es.




Es cierto que duele. Duele mirar alrededor y notar que las conexiones no siempre son tan profundas como se desearía. Pero en esa búsqueda incansable por ser comprendido, el incomprendido aprende a conocerse mejor que nadie. Se convierte en su propio refugio, en su mejor compañía. Y, a veces, esa soledad se transforma en un abrazo silencioso que invita a la introspección y al crecimiento.

El incomprendido no es alguien aislado por su propia elección, sino alguien que elige caminar a su ritmo, danzar al compás de una música que solo él escucha. Es un ser que mira al mundo desde ángulos que otros no alcanzan a ver, y es allí, en esa perspectiva única, donde se esconde la maravilla de su existencia.

La soledad del incomprendido, lejos de ser una maldición, es una bendición disfrazada, porque le permite tocar lo invisible, escuchar lo inaudible, sentir lo que otros no pueden sentir. Y al final, aunque la comprensión de otros tarde en llegar, el incomprendido descubre que, en su soledad, ha encontrado la riqueza más valiosa: la de comprenderse a sí mismo.

¿Cómo te sientes tú?

 

miércoles, 16 de octubre de 2024

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE TU ABUELA MATERNA?

 Revisando artículos interesantes sobre los que poder reflexionar, me he encontrado éste (entrevista). Es, cuanto menos, interesante y desde luego no nos dejará indiferentes.

Aquí lo dejo para vuestra propia consideración:




 

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Esta señora es muy importante para ti. 

¿Por qué?

Porque es clave a la hora del traspaso de información genética y de programas.

Resulta que cuando ella estaba embarazada de tu mamá, el feto ya tenía los ovocitos formados. De estos ovocitos, van a salir los dos millones de óvulos que tendrá tu mamá durante su vida. Uno de estos óvulos, lleva tu nombre. 

Así que este óvulo lleva la información de la abuela.

¿A qué información te refieres?

 A todo lo que la abuela vivió, sintió y cómo lo vivió. 
Si era el momento adecuado para tener hijos, si era deseado el embarazo, si se sentía protegida por su marido, etc… 

Saber que necesidades biológicas no tenía cubiertas la abuela. Todo esto y mucho más es información que se queda impregnada en cada célula del feto. Por lo tanto, llevas información de la abuela cuando estaba embarazada de tu mamá. 


¿Has oído hablar alguna vez que la genética a veces se salta una generación?Pues es justamente esto. El óvulo del que sales lleva la información de la abuela materna.

¿Por qué de la abuela y no del abuelo?

Porque la abuela pone el óvulo y el abuelo el espermatozoide; el óvulo, a parte de la información genética, lleva la información mitocondrial que está en la membrana celular. Mientras que en el abuelo, la información mitocondrial está en la cola del espermatozoide y, como sabes, en el momento de la fecundación la colita se queda fuera. En la mitocondria es donde está guardada la información a niveles de programas que se heredan. Información biológica.

 

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"Querida abuela honró tu vida y lo difícil que fue tu destino.

Honro tus pérdidas, tu sacrifico, tu fortaleza para superarlo todo y poder transmitir la vida.

Te tomo completa y te miro con dignidad; honro tu vida y así te doy un gran lugar en mi corazón.

Honro mi propia vida, mi propio destino. Hoy sé que tengo la posibilidad de hacerlo, a mi modo y a mi forma, formando parte de este linaje.

A través de Sandra Sánchez.(Revista digital Quora)

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Podemos, repetir este mantra cada día o cada noche, de forma que, la hayamos conocido o no, agradezcamos el linaje que de ella desciende y se manifiesta a través de nostr@s. Eso puede explicar muchas angustias indefinidas, fobias, complejos, timideces o todo lo contario.

 

domingo, 6 de octubre de 2024

EL VALOR DE LA ADVERSIDAD

  A lo largo de la vida todos pasamos situaciones problemáticas, adversas que nos sacan de nuestra zona de confort. 

 

Nuestra sociedad está instalada en la comodidad y nos ha envuelto en esa dinámica del escaso sacrificio, de la intolerancia al fracaso, del esfuerzo continuado. De este modo, cada cosa que nos sucede fuera de ella, nos descoloca. En seguida nos ponemos nerviosos, cambiamos de humor, nos quedamos sin energía interior.





 

         La adversidad nos pone a prueba. En lugar de resistirnos a lo que va a suceder, de una forma u otra, lo debemos aceptar. Acomodarnos a lo diferente e incluso, sacar de ello lo mejor de nuestras fortalezas, que tal vez ni conozcamos.

 

         La vida es un entrenamiento. Nos pone exámenes para que encontremos en nosotros esa superación personal que nos hará más fuertes. Nos afectamos tanto de los problemas que incluso cambiamos nuestro lenguaje. Si nos preguntan:…”Qué tal te va?...poca gente responde …”genial”, “bien”, etc… estamos abocados a poner “peros” en nuestras respuestas, o utilizar palabras tales como: “fatal”, “no creas que bien”… dando una dimensión a lo que nos sucede aún mucho mayor.

 

         El mundo acoge una especie de caos centrípeto. Van a sucedernos muchas cosas. Hay que estar preparados para que nuestra forma de vida pueda cambiar. Hay que entrenarse a fortalecernos, a ser más expertos en la gestión de las emociones y las respuestas a lo que nos sucede. 

 

         Hay que poner atención a lo que nos sucede, aprender aún muchas cosas sobre la tranquilidad, la serenidad, el sosiego ante los problemas. No podemos esperar solo a que pasen, ellos nos enseñan muchas cosas sobre nosotros mismos y hay que recoger ese aprendizaje para conocer nuestros límites, nuestra paciencia y nuestra empatía.

 

         En la comodidad no se aprende nada. Se aprende en las dificultades. Ningún error es tal. Los errores son oportunidades de mejora si  se sabe aprovecharlos. 

 

No lo olvides; no te equivocas. Estas aprendiendo a hacerlo mejor y a no repetir el error. No sientas culpa. Sigue adelante con la satisfacción de aplicar lo aprendido.