Hemos
debatido mucho sobre este tema. ¿Qué sucede cuando alguien se aleja de otra
persona? O cuando la otra persona te aparta de su vida?...la respuesta está en
el sufrimiento que sentimos. Pero hay que cuestionarse por qué sufrimos. ¿Es
por la pérdida?¿Es por la ausencia?¿Es por no obtener la felicidad que creíamos
que residía en la otra persona?...No.
La principal razón por la que surge el
dolor al separarnos de alguien es por cómo nos sentíamos nosotros con ella, no
por lo que ella nos diese o nos limitase.
Así
son las relaciones humanas. Uno siente el amor dentro reflejado en su propio
espejo. Es, incluso más importante, “cómo me siento contigo que lo que tú me
aportas”. A veces, no lo sabemos disociar y creemos que si la otra persona
desaparece nos evaporaremos como el gas de un globo aerostático en caída libre.
Nos
enamoramos del amor que construimos dentro de nosotros, cuyo referente, es
cierto, recae en alguien. Pero es nuestra propia convicción de cómo “me siento”
cuando estoy con esa persona la que condiciona el comportamiento.
Todos
somos muchas personalidades a la vez y lo somos porque en realidad nos
comportamos diferente dependiendo de con quién estemos.
Cada
sujeto ejerce una atracción o un rechazo sobre nosotros; cada uno nos provoca
una forma de responder o reaccionar y en ese abanico de comportamientos nos
mostramos diferentes.
Hay personas que saben sacar lo mejor
de nosotros. Nos generan bienestar, calma, paz. Otras, ejercen lo opuesto. Y
delante de todas ellas nos creemos los mismos, sin embargo nos equivocamos.
Dentro de las múltiples facetas de nuestra personalidad, unos activan lo mejor
y otros nos hacen reaccionar con lo peor somos.
Lo
que pones en los demás de ti es lo que después tendrás que rescatar porque en
nadie puedes intervenir, a nadie puedes reconducir, en nada puedes actuar salvo
en ti mismo/a.
Eso
es lo que extrañamos. Nos echamos de menos a nosotros mismos siendo felices con
nuestras propias convicciones y creencias.
No
hay más que pueda hacerse. Si nos rescatamos será bastante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario