Sabemos que cada
acción conlleva una reacción, que cada palabra tiene su respuesta o su
silencio, que cada causa tiene su efecto.
Muchas personas
piensan que los hechos se evaporan por sí mismos, que las acciones no tienen
consecuencias y que no tiene importancia actuar de una forma u otra si la
acción parte de ellos mismos.
La vida no funciona
así. Causa-efecto, o acción-reacción es una ley que se cumple inexorablemente.
Cuando algo sucede, nada queda igual.
Todo se mueve, se recoloca y cambia. Pretender que la respuesta sea la misma,
con o sin acción previa que descomponga el orden de la conducta, es imposible.
Veamos este breve
relato en el cual un hombre pide, por una acción simple, la misma ganancia que
aquel que se había esforzado en un trabajo.
…”Dos hombres se
presentaron ante el juez de la localidad.
-Señoría -dijo el
primero-, vengo a demandar a este individuo porque ha vendido toda la leña que
ha cortado y no quiere darme mi parte.
-Si él ha cortado
la leña, ¿qué es lo que tú has hecho? -interrogó el magistrado.
-Yo lo he
estimulado dándole gritos de aliento y ánimo constantemente, eso ha provocado
que cortara más leña de la habitual y que le pagaran una cantidad superior a la
que normalmente recibe.
El juez se quedó
pensando unos instantes.
-Lo que reclama
este hombre es justo -sentenció-. Leñador, dame la bolsa con el dinero que has
recibido y entregaremos la parte que le corresponde a este hombre.
El juez cogió la
bolsa del compungido leñador y la agitó ante la cara del hombre hasta que
sonaron las monedas dentro.
-Éste es tu pago:
ya tienes el sonido del dinero.”
bravoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo! feliz año se cuidan!
ResponderEliminarGracias!!! por compartir la reflexión y mis buenos deseos para este año que aún está comenzando!*
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