viernes, 31 de enero de 2020

¿NECESITAS HABLAR MUCHO?

El silencio es la ausencia de ruido, pero no solamente ruido sonoro externo, sino principalmente ruido interior, parloteo mental o exceso de actividad.

El ruido lleva a la tensión; el silencio a la calma.





Las personas que necesitan hablar mucho tienen un gran ruido interior y creen que se acalla con los gritos, las voces externas en las que se apoya. Pero cuando está sola, esa persona no abandona la actitud de alteración interna y continua con soliloquios y conversaciones con su ego en tono aún más incendiario que las palabras que lanza al exterior.


         Para alcanzar la capacidad de observar hay que parar y estar en silencio. Una vez que el silencio deja espacio a los ojos del alma podemos mirar desde fuera las situaciones, pero no para quedarnos parados, sino para actuar en consecuencia; una actuación que no debe desviarnos nunca de nuestra paz, si lo hace estamos en el camino equivocado. Vuelve a la casilla de inicio y comienza la jugada de nuevo. El éxito será tuyo y de tu interior en calma.

        
         Se puede comunicar desde la paz o se puede invadir con la palabra desde la necesidad de contar con intensidad. Hay que rebajar la emoción. Hacerla más sencilla. Caminar por ella más despacio y todo volverá a estar en el orden sereno en el que participamos desde siempre.

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