miércoles, 16 de agosto de 2017

DESDE EL ACANTILADO



He puesto un pie en el borde del acantilado

Y como susurros muertos llegan a mí, 

los lamentos del pasado. 

Se acercan tímidas, las horas muertas 

que pase esperando, los días tristes 

en los que quería verte 

y el silencio me iba contestando, 



poco a poco, cacho a cacho,

que tu soy yo, imaginando.

Y diviso un mar de sargazos, 

con piratas y barcos; con trabucos 

y ojos medio tapados. 

Vienen a buscarme como rescate 

por tu querer equivocado. 

Se acercan raudos

 dejando el viento entrecortado, 

entonando un cántico 

de sirenas muertas a su paso.

Estoy deseando ser apresada

 entre  cadenas y los palos 

que me dejen desvalida 

al viento como buen pago. 

Porque no quiero vida 

sin estrellas de mar

 a mi alrededor nadando,

 ni quiero muerte 

en la que me sigas

 a todos los lados.

Quiero la dicha de respirar profundo

Cerrar los los ojos

Y encontrarte libre

 al otro lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario