domingo, 13 de noviembre de 2016

CAMINO EQUIVOCADO...



Lo peor no es no ver, sino que ni siquiera te vean.

Todos nos equivocamos, caemos en ello y a veces, rectificamos.

La mala noticia llega cuando crees estar despierto sin estarlo, cuando te abalanzas contra la pared y ni siquiera la percibes y sobre todo cuando te invade la soberbia y no te paras ni a pensar en ello.

Otras veces, uno cree llevar la lámpara encendida y va tranquilo creyendo que otros nos ven, sin embargo puede que ya haga mucho tiempo que se ha apagado y hayamos perdido el norte.


Veamos este breve cuento al respecto.


El ciego y la lámpara

Cuando un ciego se despedía de su amigo, éste le dio una lámpara. 

“Yo no preciso de la lámpara, pues para mí, claridad u oscuridad no tienen diferencia” -dijo el ciego.

“Conozco al respecto, pero si no la lleva, tal vez otras personas tropiecen con usted” -dijo su amigo.

-"Está bien"

Luego de caminar en la oscuridad tropezó con otra persona....

-“¡Huy!”-dijo el ciego.

-“¡Hay!” -dijo la persona chocada por el ciego en la oscuridad.

-“¿Usted no vio esta lámpara?” -dijo enojado el ciego.

-“¡Amigo! Su lámpara estaba apagada” .

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¡Cuidado! Mira a ver cómo está la tuya!...si está apagada, !enciéndela!

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