domingo, 6 de octubre de 2024

EL VALOR DE LA ADVERSIDAD

  A lo largo de la vida todos pasamos situaciones problemáticas, adversas que nos sacan de nuestra zona de confort. 

 

Nuestra sociedad está instalada en la comodidad y nos ha envuelto en esa dinámica del escaso sacrificio, de la intolerancia al fracaso, del esfuerzo continuado. De este modo, cada cosa que nos sucede fuera de ella, nos descoloca. En seguida nos ponemos nerviosos, cambiamos de humor, nos quedamos sin energía interior.





 

         La adversidad nos pone a prueba. En lugar de resistirnos a lo que va a suceder, de una forma u otra, lo debemos aceptar. Acomodarnos a lo diferente e incluso, sacar de ello lo mejor de nuestras fortalezas, que tal vez ni conozcamos.

 

         La vida es un entrenamiento. Nos pone exámenes para que encontremos en nosotros esa superación personal que nos hará más fuertes. Nos afectamos tanto de los problemas que incluso cambiamos nuestro lenguaje. Si nos preguntan:…”Qué tal te va?...poca gente responde …”genial”, “bien”, etc… estamos abocados a poner “peros” en nuestras respuestas, o utilizar palabras tales como: “fatal”, “no creas que bien”… dando una dimensión a lo que nos sucede aún mucho mayor.

 

         El mundo acoge una especie de caos centrípeto. Van a sucedernos muchas cosas. Hay que estar preparados para que nuestra forma de vida pueda cambiar. Hay que entrenarse a fortalecernos, a ser más expertos en la gestión de las emociones y las respuestas a lo que nos sucede. 

 

         Hay que poner atención a lo que nos sucede, aprender aún muchas cosas sobre la tranquilidad, la serenidad, el sosiego ante los problemas. No podemos esperar solo a que pasen, ellos nos enseñan muchas cosas sobre nosotros mismos y hay que recoger ese aprendizaje para conocer nuestros límites, nuestra paciencia y nuestra empatía.

 

         En la comodidad no se aprende nada. Se aprende en las dificultades. Ningún error es tal. Los errores son oportunidades de mejora si  se sabe aprovecharlos. 

 

No lo olvides; no te equivocas. Estas aprendiendo a hacerlo mejor y a no repetir el error. No sientas culpa. Sigue adelante con la satisfacción de aplicar lo aprendido.