domingo, 22 de septiembre de 2024

LUCES Y SOMBRAS

 

         Todo en la vida está formado por un claro-oscuro permanente. A la inmensa luz del día le sucede la temida oscuridad de la noche, antes de la tormenta luce un espléndido sol, el momento en el que aparece la enfermedad es el que está precedido por una etapa de bondades y dichas. Es como si antes del abismo estuviese firmemente cimentada la plataforma que nos sostiene.





 

         No todo es perfecto. En realidad, nada es perfecto. Nadie tiene la dicha completa, por cualquier cosa que se elige hay que pagar una factura. El camino que tomamos deja otro muy distinto por el que no transitaremos a la vez.

 

         No podemos tenerlo todo, pero sabemos que tras la sombra está luz y tras los malos momentos llegan otros que los compensan. Por eso, debemos equilibrar las emociones. No hay vidas maravillosas, ni el vecino tiene más suerte que nosotros. A todos nos suceden penas y alegrías. A todos nos condenan, en la tierra, los mismos pecados. A todos nos devuelven las mismas recompensas; más tarde o más temprano, pero sucede.

 

         Saber ver en las sombras y cerrar los ojos en la luz es fundamental.  Cuando tu mundo es oscuro debes  abrir los ojos para aprovechar a estar contigo, a hacer silencio interior, a dejar que la sabiduría interior te de consejos. Cuando, por el contrario, brilla la luz en él, debes proceder a la inversa, es decir, cerrándolos para guardar en ellos los destellos que necesitarás cuando no los tengas.

 

                  Luces y sombras siempre estarán acompañándonos. Ninguna es mejor que otra si sabemos aprovecharlas. Una complementa a la otra y viceversa.

 

No te resistas a la oscuridad porque de ella nace la luz.