sábado, 7 de septiembre de 2024

LO QUE IMPORTA CREER EN TI

 Hoy vamos a reflexionar sobre un tema muy importante: el beneficio o el daño que hace el entorno a partir de un breve relato.

Veamos:

“…Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua. La corriente interna lo desplazó unos metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que había era romper la capa que lo cubría.

Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas.


    



Golpeó, golpeó y golpeó hasta que consiguió abrir una grieta por la que metió el brazo para agarrar a su compañero y salvarlo.

A los pocos minutos, avisados por los vecinos que habían oído los gritos de socorro, llegaron los bomberos.

Cuando les contaron lo ocurrido, no paraban de preguntarse cómo aquel niño tan pequeño había sido capaz de romper una capa de hielo tan gruesa.

-Es imposible que con esas manos lo haya logrado, es imposible, no tiene la fuerza suficiente ¿cómo ha podido conseguirlo? -comentaban entre ellos.

Un anciano que estaba por los alrededores, al escuchar la conversación, se acercó a los bomberos.

-Yo sí sé cómo lo hizo -dijo.

-¿Cómo? -respondieron sorprendidos.

-No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.”

Todo esto nos quiere decir que somos fuertes cuando nadie nos dice lo contrario, cuando nadie te quita la fortaleza de ser tú, cuando tu propia fuerza vence los miedos, las dudas y las inseguridades.

No lo dudes. Tú puedes mucho más de los que crees. Abrázate a la llave de tu puerta. No dejes que nadie te ponga el pie en ella.

domingo, 1 de septiembre de 2024

LO QUE NO DEBES CONTAR A NADIE

 Por muy extrovertidos que seamos, por mucha empatía que demostremos, por muchas palabras que vertamos, por muchos fuegos artificiales que generemos a nuestro alrededor, siempre hay rincones de tu corazón y de tus pensamientos que son solo tuyos.

 

         Hay que saber qué se cuenta y a quién. Podemos encontrarnos personas que siguen la pauta moral de no comentar secretos de otros a nadie; lo cual es más que loable y evidentemente justo porque lo que se nos revela como privado debe quedar siempre en nuestro silencio, puesto que no es nuestro.




 

         Podemos tener enfrente a gente que parece empática, que demuestra entenderte pero que más tarde, en alguna ocasión propicia es capaz de desvelar lo que contaste como irrevelable.

 

         Podemos, incluso, estar con personas tóxicas que se nutren de nuestro dolor, de los fantasmas que nos asaltan, del malestar que nos asola y convertir los secretos en nuestro talón de Aquiles para destrozarnos.

 

         Podemos estar junto a individuos peligrosos, con piel de cordero que lejos de lamer nuestras heridas se nutren de ellas.

 

         Por todo ello, debemos reservar para quien lo merezca lo más oscuro de nuestra vida, lo que nos causa dolor, lo que representa una pesadilla difícil de soportar o aquello que verdaderamente nos hace vulnerables y nos desprotege frente a lo que nos daña.

 

         En último término, nadie puede hacer nada. Cierto es que una buena escucha activa nos puede reportar serenidad, pero la verdad innegable es que la realidad es la que es, con o sin nuestra preocupación y poco podemos hacer por cambiarla cuando es ajena  a nosotros por muy cercana que sea.

 

Nuestro único poder reside en cambiar o modificar conductas únicamente nuestras. Por eso, la mayoría de la veces, preocuparnos en exceso está de más y contarlo, por desahogarnos sin un cribado previo, se convierte en un suicidio. 

 

Recuérdalo siempre cuando vayas a decir lo que no debes.