FLOR DE ESPERANZA
Sobre la espalda me he colocado la mochila del tiempo
No como carga, sino como esperanza.
Cuando se cesa de llamarle tiempo al tiempo
y se le da su verdadero nombre
que es esperanza,
aunque se lleve sobre los hombros
o dentro de una mochila sobre la espalda,
su carga deja de ser peso,
su peso deja de ser carga,
y en el mismo punto donde debería
haberse formado una herida,
allí crecen unas alas (…)
¿Acaso a una madre le pesa su criatura
Mientras ha de amamantarla?
¿Acaso los árboles le pesan al bosque
Y la nieve a las montañas?
¿Acaso a un camello le pesan las jorobas
Y a los pájaros sus alas?.
Cuando se cesa de llamarle tiempo al tiempo
Y se le da su verdadero nombre
Que es el de Esperanza,
Los años dejan de ser barrotes
Aprisionando más y más
La juventud del alma;
Dejan de ser una vuelta más de tuerca
Sobre el tornillo del odio
Que convierte en cuencas vacías
Las miradas
Dejan de ser los grilletes que rompen
Los tobillos de los sueños
Y que hacen a la dulzura de la vida tornarse
Primero insípida y luego, amarga.
Cuando el tiempo deja de ser únicamente
Años que pasan,
Cuando muere como tiempo
Y nace como Esperanza,
Entonces la libertad deja
De ser por fin, solo una palabra
Condenada a vivir solo en las metáforas,
Para hacerse carne y sangre
En las entrañas.
Nunca ha sido tarde, nunca es tarde
Nunca será tarde, para abrir
De par en par cada ventana,
Y sacar a orear todos los sueños
Que se quedaron pegados a las sábanas (…)
Porque el tiempo es solamente una cáscara
Que al romperse deja salir al polluelo,
Y el polluelo es lo importante, es la Esperanza.
José Mª Blanco
“Las flores del jardín de Dios”